Durante una buena porción de los 90, así como
principios de los 2000, la escena del rock boliviano parecía encontrarse en un bucle,
uno muy repetitivo o simplemente muy olvidable en general, con el público
prestando más atención a grupos extranjeros y a los grandes grupos nacionales
de siempre, con la escena de las nuevas bandas de rock siendo contenidas en una
comunidad relativamente underground, con pubs y bares especializados en este
tipo de conjuntos interesados en subir en popularidad, pero con ningún acto
notable que se pusiera al frente de lo que era una nueva generación que parecía
estar muy ansiosa por expresarse musicalmente. Claro, en otros géneros había
propuestas frescas o únicas tales como Atajo, que resaltaban por su
originalidad y carisma, pero lo que más parecía abundar en el rock eran bandas
covers baratas que abarcaban el catálogo de grupos clásicos ya conocidos por
gran parte de las distintas audiencias, o bandas pequeñas, que parecían
desaparecer luego de un par de funciones. Y es en este punto en el cual vendría
el conjunto que marcaría un punto quiebre en la historia y la trayectoria del
rock boliviano: Unit.
A grandes
rasgos, Red Holocaust era una propuesta algo mediocre, pero se entendía el porqué
de su éxito en el ámbito de aquella nueva generación del rock boliviano. El
estilo de las canciones era uno crudo, apoyado en una actitud muy marcada,
tocando temas como la disconformidad, la autoestima de una persona, y tópicos
algo pesimistas en general, con los que mucha gente llegaba a empatizar como
era de esperarse, y con la banda apoyándose bajo el slogan de “nuestras
composiciones son oscuras, pero no pesadas”. Era
evidente que la banda trataba de madurar y de buscar una personalidad propia
dentro de la elaboración de este proyecto. El sonido de Unit, como se dijo antes, estaba destacado por
la fuerte influencia del grunge noventero que tenía la banda, con una tendencia
a escribir todas sus canciones en inglés, contando con el apoyo principal de
las guitarras distorsionadas y la notable voz de Coco Bedregal a lo largo de
todas las canciones del proyecto. Sin embargo, el sonido del disco era uno que
se había llegado a ver una década antes, y la mayoría de canciones bien podrían
hacerse pasar por b-sides o demos descartados de Pearl Jam. La banda se refugia
demasiado dentro de su zona de confort, con actuaciones algo flojas, que no
parecen demostrar el potencial de la banda, una producción y mezcla muy
inconsistentes, incluso entre dos canciones consecutivas, y con pocos momentos
en los cuales buscan implementar algo original para expandir su sonido. No es
un disco malo, pero sí uno que tiene muchos aspectos que lo hacen ser olvidable
en su mayoría, con propuestas mediocres en su ejecución, presentando una banda
que a la hora de buscar una personalidad propia parecía haberse perdido en algo
que ya era conocido para ellos.
A pesar de todo,
Red Holocaust sigue siendo un disco que se puede disfrutar de principio a fin,
y aun a pesar del material pasable, hay momentos que sorprenden por ser
peculiares dentro de la experiencia, con temas como Eight Pounds o Blender
Thoughts Blind Scars sobresaliendo de buena manera. Si algo hay que reconocer,
es el hecho que la atmósfera, el tono, y la actitud del proyecto era uno muy
marcado, y llegaba a ser muy entendible el por qué fue del gusto de muchos jóvenes
bolivianos. A pesar de todo, temas como Sorry, End y Smells Like Revolution
habían llegado a ser muy bien recibidos a nivel nacional, con los medios
locales apoyando al grupo de la mejor manera posible. Red Holocaust buscaba un
sonido y una actitud con mucha más madurez, siendo un esfuerzo mucho mejor
elaborado a comparación de su primer single. Este trabajo representaba una
inversión considerable de su parte, con la esperanza de cristalizar su visión
dentro de su primer disco oficial, y aunque consiguieron sobresalir dentro de la
escena local, Red Holocaust realmente no presentaba mucho de especial a grandes
rasgos, incluso si se llega a considerar el contexto musical de la época.
Aun así, Unit se había cementado como un nombre prometedor dentro del mundo del
rock boliviano, y los fans esperarían ansiosos por ver su siguiente propuesta.
Siguiendo la
salida de Red Holocaust, Unit llegó a ver una serie de notables cambios que
alterarían de manera considerable la manera de hacer las cosas. Mauricio Cassis
deja el grupo, siendo reemplazado por Peter Howard en el bajo, y finalmente se
incluye la participación de Marcelo Arandia como segundo guitarrista y quinto
miembro oficial del grupo. Estos cambios, que parecían menores en primera
instancia, resultan convertirse en cosas que cambiarían de manera evidente el
sonido del grupo, con Marcelo aportando gran riqueza al estilo musical y al
estilo de trabajo del nuevo material. Ese estilo grunge, con una predisposición
a componer los temas en inglés y apoyados por todas las características vistas en
el primer disco, es expandido hacia algo mucho más único, que no se refugiaba
por completo en las influencias de la banda, más bien añadiendo elementos
propios a esa mezcla. Lo que llega a surgir es un sonido mucho más crudo y
expresivo, en el cual la banda forja una personalidad y una estética que era más
propia de ellos, culminando en la innegable evolución y refinamiento de su
música. Por los siguientes años, la banda se enfocaría mucho más en las
presentaciones en vivo y en la cuidadosa elaboración de este nuevo material.
Finalmente, en 2006, cuatro años luego de la salida de su debut oficial, el
grupo lanza “Beware Of The Dog”, su segunda propuesta de estudio, y
lamentablemente la última de todo su catálogo.
En este proyecto, Unit llegaría a mostrar un sonido más potente, agresivo, con una batería mucho más pesada, guitarras con aun más distorsión, y una actuación mucho más agresiva por parte de la voz de Coco Bedregal. Tanto André Dedeco como Marcelo Arandia eran los principales responsables de toda esta nueva diversidad, con un enfoque mucho más fuerte en balancear todos los elementos presentados de la mejor manera posible, pero buscando mantener una consistencia mucho mejor lograda en la atmosfera, el tono, y la producción en todas las canciones, esta última siendo una de las mejoras más evidentes en cuanto a los aspectos técnicos de este nuevo proyecto. En un principio se tenía pensado incluir once canciones, siguiendo el espíritu de Red Holocaust, pero al final se decide optar por tan solo ocho temas, ofreciendo una propuesta mucho más directa y condensada. Aparte del aspecto musical siendo uno mejor pulido y más propio de los integrantes, el arte y concepto del disco estuvo a cargo de Leannyo Martinet y Plastic Labs, siendo una estética mucho más única y reconocible, con un arte conceptual crudo, cruel, y lleno de personalidad, complementando perfectamente el sonido del disco al que buscaba representar (sería una imagen tan icónica y reconocible que formaría parte importante del éxito y el legado del proyecto, siendo algo tan marcado hasta el punto de transmitirse a través de su página oficial).
Beware Of The Dog sería la mejor propuesta
por parte de Unit, algo que sí denotaba personalidad propia y seguridad en
cuanto al sonido que se estaba ofreciendo. La producción y la mezcla de la
música era mucho más pulida, pero también había sido cuidadosamente construida
para que fuera acorde a la música, con un sonido único a comparación de todo lo
que se había visto en el rock boliviano hasta ese entonces (fue grabado
inicialmente con Martin Joffré, para mezclarse y masterizarse en Proaudio a
cargo de Paco Aguilar). No es un disco perfecto, ya que la banda no se aleja
todavía por completo de su sonido y sus influencias iniciales, con algunos
momentos no tan notables a comparación de otros, pero para ser una propuesta de
ocho canciones, sin duda alguna llega a ser el mejor material que la banda pudo
haber sido capaz de entregar en estudio hasta ese punto. De principio a fin,
las canciones de este proyecto son bruscas y llenas de una emoción rancia, pero
es una temática y una estética mucho más que apropiada para el disco, haciendo
de Beware Of The Dog una experiencia coherente, reconocible, y muy disfrutable.
Not Afraid, la primera canción del
proyecto, empieza las cosas de una buena manera, estableciendo todos los
elementos claves del disco desde sus primeros acordes. Ya no es solo un disco llevado
por una actitud y temática “obscuras”, a este punto se torna en algo pesado,
crudo, potente en la guitarra, con un bajo y una batería que toman mucha más
presencia en el producto final. El aspecto más negativo llega a ser la
producción y la mezcla de los instrumentos, pero sobre todo de la voz de Coco, cosas
que pueden parecer algo poco convencionales, y que ciertamente pueden tomar un
poco de tiempo al acostumbrarse, pero es algo que encaja demasiado bien con la
potencia de las actuaciones. Transmite la sensación de un demo mucho más pulido
en estudio, pero es ese tono particular el que va muy bien con lo que busca la
canción. En cuanto a lo instrumental, las composiciones son mucho más firmes y
llenas de dinamismo y una fuerza cruda, casi rozando el ámbito del noise rock
en ciertos momentos, con la voz de Bedregal dejando de encajar en un estilo
Eddie Vender, yendo hacia algo mucho más sobrio y lleno de fuerza en las inflexiones.
Acompañando a la canción se encontraba uno de los pocos videoclips oficiales enpromoción del disco, y toda aquella estética rancia, agresiva, y cruda en espíritu
complementa a la música de manera maravillosa. No es una canción
particularmente brillante, pero sí es una innegable evolución con mucha más
madurez a comparación de lo que se había visto antes.
El disco continúa con Let Me Breathe, algo
mucho más inclinado al estilo de su anterior disco, pero con una energía y un entusiasmo
mucho más palpables, siendo más como una adaptación de ese estilo al nuevo
sonido, puliéndolo mucho más en el proceso, y aportando una personalidad mucho
más única en su ejecución. Realmente no llega mucho al nivel de Not Afraid,
pero igual sigue tratándose de una buena canción, con una mejor consistencia en
lo que se refiere a la producción. Es en este punto en el cual una de las
características algo bruscas del disco sale más a la luz. La pronunciación de
Coco Bedregal, aunque buena y entendible en su mayoría, no llega a ser del todo
clara, debido tanto a su acento natal como a la producción en algunas partes.
No es algo que distraiga mucho, y se sigue entendiendo la emoción y el tono,
pero no es muy claro en su totalidad. Luego de este punto, Dog Of The Fog Off
The Country toma el escenario por sorpresa y se presenta como uno de las
canciones que más sobresalen del disco. Se trata de una especie de oda al
género grunge y a todas las influencias de la banda, y ciertamente puede ser explicado
como una mezcla única entre los sonidos más emblemáticos de las bandas que
inspiraron a Unit, con Bedregal teniendo más personalidad en la voz, acercándose
más al tono de Cobain con la potencia de Vender en ciertos puntos. Es un tema
muy potente, rancio en su energía y actitud de disconformidad, y es algo que se
transmite muy bien, y de igual manera, con el memorable videoclip que venía
incluido en el DVD extra del disco. Sinceramente es el tema que llega a
encapsular de la mejor manera todo lo que era Unit, desde sus inicios hasta ese
punto de culminación en 2006, con la estética, la actitud, y el sonido en su
punto más balanceado. Sin duda alguna, una de las mejores canciones de Unit, y del rock
boliviano en general.
Luego de este punto, el disco torna por un
balance en cuanto al tono de las canciones, optando por emociones mucho más melancólicas
en las siguientes tres canciones, empezando por GWB. Sin embargo, la crudeza
con las guitarras distorsionadas y abruptas se mantiene, volviendo por momentos
más potentes en el coro, pero con un enfoque diferente en cuanto a su
implementación. Es algo mucho más emocional, pero a comparación de las
actuaciones flojas en esta clase de temas dentro de Red Holocaust, canciones
como GWB ofrecen un contraste claro, siendo propuestas más remarcables, incluso
si no llegan a ser temas perfectos o completamente extendidos a todo su
potencial. La guitarra acústica toma presencia en Vein, otra de las canciones
mejor recordadas del disco. Este tema, y Oughta Love, son los que más parecido
tienen a lo visto en el primer disco, tanto en las actuaciones, así como en el
tono que se busca transmitir. No son
canciones malas, ya que la instrumentación y la actuación de todos los miembros
igual presenta una mejora considerable en todos los aspectos, pero sinceramente
llegan a ser una especie de quiebre en cuanto a la energía inicial del disco, convirtiéndose
en los puntos menos destacables de la experiencia en cuanto a los aspectos
técnicos y musicales se refiere. A pesar
de eso, la atmósfera y el tono inicial son mantenidos de una muy buena manera,
con las decisiones en producción y mezcla encajando de manera maravillosa a lo
que se está presentando. La pasión, emoción, y los temas tratados por Bedregal,
tanto en la lírica como en las partes vocales, explican el porqué de su éxito, siendo
las partes con las que más puede llegar a empatizar el que se encuentre
escuchando el disco debido a la naturaleza melancólica de estas composiciones.
La energía inicial del
disco es retomada poco a poco en los dos últimos temas, empezando por Dogs, una
canción que sigue conservando el tono pasional y emotivo de Bedregal en su
actuación, pero adaptándola a una instrumentación mucho más ruidosa. Y es ese
aspecto en la composición el que hace de este tema uno de los que más destacan
del disco, con las guitarras siendo el foco principal de la melodía, con
ciertas partes donde la distorsión es capaz de proveer una atmósfera muy
atrapante, mientras que el potente bajo y la explosiva batería complementan de
manera maravillosa. Cierto, algunas partes vocales no terminan de encajar muy
bien en determinados puntos, pero como un producto final, es un tema con una
personalidad y un enfoque muy claro, y provisto de una ejecución
sorpresivamente bien llevada. Finalmente, Priest toma lugar como la última
canción de la experiencia, y el mejor tema dentro del catálogo del disco. En
esencia, Priest sirve como una extensión de la mayoría de aspectos vistos en el
tema anterior, con una ejecución mucho más directa y un dinamismo en su
estructura que aporta a la potencia final de la canción. Mientras que DOTFOTC
servía como un encapsulamiento de todo lo que era Unit hasta ese entonces,
Priest sirve para encapsular perfectamente todo lo que parecía quererse lograr
con Beware Of The Dog. Es el tema mejor logrado del disco, que además presenta
todas las características vistas a lo largo del mismo. La instrumentación es
rancia, cruda, agresiva, pero muy potente en su presentación, con cada miembro
formando parte importante de la atmósfera y el tono de la canción. La voz de
Bedregal intercala entre momentos calmados y otros que están llenos de energía,
ofreciendo un dinamismo incomparable, conteniendo una personalidad propia. Ya
dejaba de ser una voz parecida a la de Eddie Vender, y pasaba a convertirse en
la voz de Coco Bedregal, y lo mismo pasaba en todos los elementos de la
composición. Un broche de oro a un disco más maduro y mejor elaborado, con una
de las mejores canciones que el rock boliviano ha sido capaz de ofrecer a lo
largo de su extensa historia.
Beware Of The Dog es, indudablemente, el
punto más alto de la trayectoria musical de Unit. Es una mejora muy evidente en
todos los aspectos a comparación de lo visto en Red Holocaust, con una
ejecución y una elaboración mucho mejor llevada y cuidadosamente construida. Unit
llegaría a dejar de encerrarse dentro de sus influencias, y comenzaría a
presentar un sonido más potente, agresivo, con una batería y bajo que tenían
mayor presencia debido a la energía pesada en las actuaciones, con la presencia
de dos guitarras que forman parte esencial de todas las canciones, con aun más
distorsión en su sonido final, y claro, contando con la icónica voz de Coco
Bedregal, que esta vez contaría con una actitud mucho más personal, sobria, y
directa en su emoción. La implementación de dos nuevos integrantes, pero sobre
todo de Marcelo Arandia como quinto miembro del grupo, llevarían a ofrecer mayor
diversidad y dinamismo en las composiciones, tornándose a algo mucho más
ruidoso y crudo, pero que sorpresivamente presentaba un balance muy bien
logrado, resultando en un sonido que era propio de UNIT. La producción y la
mezcla de este disco, a pesar de ser algo bruscas en ciertas partes, encajaba
perfectamente con la música, siendo algo muy consistente a lo largo de la
experiencia, y resultando en un proyecto con una atmosfera y un tono muy
claros. El optar por la implementación de tan solo ocho canciones también
serviría para crear algo que era más directo y coherente en todos los puntos,
resultando en una propuesta que sí denotaba personalidad propia y una gran
seguridad en cuanto al sonido que se estaba ofreciendo.
Ciertamente no es un
disco perfecto, con algunas partes que no se encuentran tan elaboradas como
otras en cuanto a los arreglos, pero aun así no hay ninguna canción que pueda
ser catalogada como mediocre u olvidable. La pronunciación de inglés de
Bedregal igual es algo brusca, con muchas partes, como en Priest o GWB, en las
cuales el mensaje se pierde y no queda completamente claro (pero, aun así, el
tono y la emoción son muy palpables, mostrando la evolución clara del
vocalista, el cual dejaba de sonar tanto como Eddie Vender, optando por una
actuación que era propia y muy reconocible). La producción, a pesar de que
encaje con la música en el producto final, es algo que no termina de funcionar
por completo, pero que aun así sigue siendo mucho más profesional y mejor
logrado a comparación a la mayoría de demás propuestas musicales bolivianas. No
es una experiencia sin fallos, pero sí es una mejora y una propuesta mucho más
memorable e icónica, y a pesar que no todas las canciones sean obras maestras,
los temas que resaltan lo hacen de una manera excelente, con canciones como
Priest, Dogs, o DOTFOTC siendo no solo las mejores canciones del catálogo de la
banda, sino del rock boliviano en general, y siendo la excusa necesaria que
alguien pueda necesitar con el tal de escuchar el disco.
Beware Of The Dog se caracterizaría por
representar una de las mejores producciones del rock boliviano, así como una
estética y arte fácilmente reconocibles y que representaban de una manera
perfecta el pensamiento de la banda. Unit adoptaría una especie de mascota,
un símbolo, que se presentaba en la forma de la caricatura expresiva de un
perro, el cual sería usado como parte del fondo de todos sus conciertos
posteriores. En propias palabras del baterista Mauro
Ramirez: “Nosotros éramos el perro, un perro rabioso y compasivo a la vez,
sensible y enojado. Enojado por el contexto, porque sentíamos que no nos daban
nuestro lugar, porque pasaban cosas que nos molestaban mucho pero que no
estaban en nuestro control. Es por eso que la tapa del disco era un perro en
una catapulta, para lanzarse y salir más adelante.” Y es esa actitud de
disconformidad, crudeza, y agresividad la que se transmite de manera perfecta
en este disco (tan solo hay que ver el videoclip de DOTFOTC para entender el
por qué esta etapa de Unit es la más recordada en general). Al igual que con
Red Holocaust, Unit gozaría del apoyo de los medios y las estaciones de radio
locales, con Stereo97 presentando con regularidad los temas Not Afraid, Vein,
Dog Of The Fog Off The Country; cementando de manera clara el legado del grupo
dentro de la música boliviana, y generando aún más expectativas por lo que podría llegar en el futuro del grupo.
Lamentablemente, este no llegaría a ser el
caso, con la banda separándose un año después de la salida del disco, y
terminando una carrera que ciertamente prometía mucho más para su futuro. La
presentación definitiva de la banda, y uno de los aspectos que habían ayudado a
que tuvieran el renombre que alcanzaron, era, sin duda alguna, sus múltiples
actuaciones en vivo. Mucho de lo que se recuerda de la banda en La Paz, aparte
de los discos, son las presentaciones en vivo en lugares icónicos como el club
Equinoccio, el Teatro Al Aire Libre o múltiples pubs y bares de la ciudad de La
Paz, con conciertos del tipo Made In Bolivia y Anti-Reggaeton. Eran
presentaciones ruidosas, llenas de energía y carisma, con Bedregal teniendo una
interacción muy cercana con el público, y con todas sus canciones teniendo
versiones mucho mejores encima de un escenario. Todo esto puede verse hasta
cierto en el último lanzamiento oficial de la banda, siendo este su único disco en vivo, pero que no llega a capturar toda la esencia de buena manera, ya que
la calidad del sonido es más parecida a la de un bootleg que a la de una buena
grabación (pero aun así pudiéndose ver todo su potencial con las actuaciones de
todos los miembros involucrados). Tristemente no se cuenta con alguna grabación
completa en buena calidad, y esa parte del legado de la banda tan solo queda
dentro de las memorias de los que fueron afortunados de presenciarlos en vivo.
La última presentación de la banda se llevó
a cabo en mayo de 2007 en el Unity Fest, contando con el apoyo de otros actos
nacionales, mismo año donde anuncian su separación como grupo por la estación
Stereo97, misma que los había apoyado desde un principio, simplemente
decidiendo dejar el proyecto debido a que los miembros tenían distintos
intereses creativos y musicales. Según miembros como Marcelo se explicaba que
se suspendió el proyecto por el hecho que la unión entre los integrantes ya era
una muy fuerte a ese punto, por lo que las cosas no serían iguales si uno solo
de ellos llegaba a faltar dentro de la banda. Fue una separación que se
llevaría a cabo de forma amistosa, con todos los miembros manteniendo una
amistad fuerte a pesar de los distintos caminos que se tomaron, pero todos
siguiendo involucrados con la música de una forma u otra. Howard y Ramirez
brevemente formarían parte de la banda experimental Enfant hasta el 2009, siendo
parte de la primera alineación para las actuaciones en vivo de aquel
maravilloso grupo, pero unos cuantos años antes de la grabación de su primer
disco oficial. Dedeco y Bedregal emigrarían a Argentina donde crearon el grupo
Molano Beleza, eventualmente cambiando a la banda post-hardcore Cosmódromo,
pero aun así las cosas ya no eran iguales.
Puede que Unit hubiera llegado a lograr su
sueño de llegar a audiencias extranjeras, o puede que su sonido haya seguido
evolucionando hasta algo mucho más pulido y mejor elaborado, pero
lamentablemente ese no es el caso. Aun así, Beware Of The Dog se queda como un
legado muy respetable de su parte. No es un proyecto perfecto, pero es un
clásico innegable del rock boliviano, y algo que llega a ser muy disfrutable y
reconocible de principio a fin.
Walk with concern, act with emotion, drool with rage, but in all your travels, just remember to Beware Of The Dog.
Overall Rating: 7.5/10
Favorite Track: Priest / DOTFOTC / Not Afraid
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