Thursday, November 12, 2020

We Are All Surrounded By Gods, Dogs, God, Love / Unit - Beware of the Dog (2006) Reseña De Disco

 

Durante una buena porción de los 90, así como principios de los 2000, la escena del rock boliviano parecía encontrarse en un bucle, uno muy repetitivo o simplemente muy olvidable en general, con el público prestando más atención a grupos extranjeros y a los grandes grupos nacionales de siempre, con la escena de las nuevas bandas de rock siendo contenidas en una comunidad relativamente underground, con pubs y bares especializados en este tipo de conjuntos interesados en subir en popularidad, pero con ningún acto notable que se pusiera al frente de lo que era una nueva generación que parecía estar muy ansiosa por expresarse musicalmente. Claro, en otros géneros había propuestas frescas o únicas tales como Atajo, que resaltaban por su originalidad y carisma, pero lo que más parecía abundar en el rock eran bandas covers baratas que abarcaban el catálogo de grupos clásicos ya conocidos por gran parte de las distintas audiencias, o bandas pequeñas, que parecían desaparecer luego de un par de funciones. Y es en este punto en el cual vendría el conjunto que marcaría un punto quiebre en la historia y la trayectoria del rock boliviano: Unit.

Nacido dentro de la ciudad de La Paz, Unit fue, en un principio, una colaboración entre el baterista Mauro Ramírez y el guitarrista André Dedeco, dos jóvenes que se conocieron luego de una tocada de una banda de covers de la que Mauro formaba parte. Eventualmente se decide buscar otros integrantes con el fin de formar una banda. En este punto, se unen Mauricio Cassis en el bajo y David “Coco” Bedregal en la voz, formando así la primera alineación fija del grupo. Poco a poco, la banda comenzaría a construir un nombre dentro de la escena local debido a sus múltiples presentaciones en vivo, en las que el grupo se destacaba principalmente por el hecho que eran un acto latinoamericano con composiciones enteramente escritas en inglés, teniendo una fuerte influencia del Grunge de los 90 (esto siendo completamente apoyado por el hecho que la voz y el estilo de canto de Bedregal era uno increíblemente parecido al de Eddie Vender, vocalista de Pearl Jam), que formaría parte principal de su sonido crudo, ruidoso y energético; características principales de sus múltiples conciertos. En 2001, la banda llegaría a sacar Hide, su primer proyecto oficial, en forma de maxi-single, el cual vendría a convertirse en el primer impacto de la banda a grandes rasgos dentro de la música boliviana debido principalmente al gran apoyo por parte de las estaciones radiales, más que nada por Stereo 97, generando un considerable número de seguidores. 

Es en ese entonces que, siguiendo bajo el ala de Capella Records, la banda decide arriesgarse a grabar su primer disco, esta vez a cargo de Rodrigo “Gigio” Diaz como productor. Es en ese entonces que se establece la primera alineación firme de Unit, con el cuarteto emblemático tomando presencia dentro del mundo de la música paceña. Es así como en 2002 Red Holocaust sale a la luz, un proyecto grabado y mezclado analógicamente, que incluía once temas del catálogo del grupo. El disco tendría mucha importancia sobre todo para el vocalista Coco Bedregal, quien tomaría mucha presencia a la hora de escribir y componer las canciones (posteriormente señalando sus principales influencias en actos como Oasis, Nirvana, Alice in Chains, y, por supuesto, Pearl Jam, esta última siendo la influencia más palpable debido a la innegable similitud entre vocalistas). Este primer disco oficial disfrutaría de una recepción muy positiva por parte de las audiencias nacionales, sobre todo por el hecho que no había otra agrupación local que llegara a asemejarse al sonido o la actitud que solo UNIT parecía ser capaz de ofrecer. Pero esa era la palabra clave, “local”, ya que lamentablemente Red Holocaust no resultaba ser una propuesta completamente original o siquiera bien pulida.

A grandes rasgos, Red Holocaust era una propuesta algo mediocre, pero se entendía el porqué de su éxito en el ámbito de aquella nueva generación del rock boliviano. El estilo de las canciones era uno crudo, apoyado en una actitud muy marcada, tocando temas como la disconformidad, la autoestima de una persona, y tópicos algo pesimistas en general, con los que mucha gente llegaba a empatizar como era de esperarse, y con la banda apoyándose bajo el slogan de “nuestras composiciones son oscuras, pero no pesadas”. Era evidente que la banda trataba de madurar y de buscar una personalidad propia dentro de la elaboración de este proyecto. El sonido de Unit, como se dijo antes, estaba destacado por la fuerte influencia del grunge noventero que tenía la banda, con una tendencia a escribir todas sus canciones en inglés, contando con el apoyo principal de las guitarras distorsionadas y la notable voz de Coco Bedregal a lo largo de todas las canciones del proyecto. Sin embargo, el sonido del disco era uno que se había llegado a ver una década antes, y la mayoría de canciones bien podrían hacerse pasar por b-sides o demos descartados de Pearl Jam. La banda se refugia demasiado dentro de su zona de confort, con actuaciones algo flojas, que no parecen demostrar el potencial de la banda, una producción y mezcla muy inconsistentes, incluso entre dos canciones consecutivas, y con pocos momentos en los cuales buscan implementar algo original para expandir su sonido. No es un disco malo, pero sí uno que tiene muchos aspectos que lo hacen ser olvidable en su mayoría, con propuestas mediocres en su ejecución, presentando una banda que a la hora de buscar una personalidad propia parecía haberse perdido en algo que ya era conocido para ellos.

A pesar de todo, Red Holocaust sigue siendo un disco que se puede disfrutar de principio a fin, y aun a pesar del material pasable, hay momentos que sorprenden por ser peculiares dentro de la experiencia, con temas como Eight Pounds o Blender Thoughts Blind Scars sobresaliendo de buena manera. Si algo hay que reconocer, es el hecho que la atmósfera, el tono, y la actitud del proyecto era uno muy marcado, y llegaba a ser muy entendible el por qué fue del gusto de muchos jóvenes bolivianos. A pesar de todo, temas como Sorry, End y Smells Like Revolution habían llegado a ser muy bien recibidos a nivel nacional, con los medios locales apoyando al grupo de la mejor manera posible. Red Holocaust buscaba un sonido y una actitud con mucha más madurez, siendo un esfuerzo mucho mejor elaborado a comparación de su primer single. Este trabajo representaba una inversión considerable de su parte, con la esperanza de cristalizar su visión dentro de su primer disco oficial, y aunque consiguieron sobresalir dentro de la escena local, Red Holocaust realmente no presentaba mucho de especial a grandes rasgos, incluso si se llega a considerar el contexto musical de la época. Aun así, Unit se había cementado como un nombre prometedor dentro del mundo del rock boliviano, y los fans esperarían ansiosos por ver su siguiente propuesta.

Siguiendo la salida de Red Holocaust, Unit llegó a ver una serie de notables cambios que alterarían de manera considerable la manera de hacer las cosas. Mauricio Cassis deja el grupo, siendo reemplazado por Peter Howard en el bajo, y finalmente se incluye la participación de Marcelo Arandia como segundo guitarrista y quinto miembro oficial del grupo. Estos cambios, que parecían menores en primera instancia, resultan convertirse en cosas que cambiarían de manera evidente el sonido del grupo, con Marcelo aportando gran riqueza al estilo musical y al estilo de trabajo del nuevo material. Ese estilo grunge, con una predisposición a componer los temas en inglés y apoyados por todas las características vistas en el primer disco, es expandido hacia algo mucho más único, que no se refugiaba por completo en las influencias de la banda, más bien añadiendo elementos propios a esa mezcla. Lo que llega a surgir es un sonido mucho más crudo y expresivo, en el cual la banda forja una personalidad y una estética que era más propia de ellos, culminando en la innegable evolución y refinamiento de su música. Por los siguientes años, la banda se enfocaría mucho más en las presentaciones en vivo y en la cuidadosa elaboración de este nuevo material. Finalmente, en 2006, cuatro años luego de la salida de su debut oficial, el grupo lanza “Beware Of The Dog”, su segunda propuesta de estudio, y lamentablemente la última de todo su catálogo.

En este proyecto, Unit llegaría a mostrar un sonido más potente, agresivo, con una batería mucho más pesada, guitarras con aun más distorsión, y una actuación mucho más agresiva por parte de la voz de Coco Bedregal. Tanto André Dedeco como Marcelo Arandia eran los principales responsables de toda esta nueva diversidad, con un enfoque mucho más fuerte en balancear todos los elementos presentados de la mejor manera posible, pero buscando mantener una consistencia mucho mejor lograda en la atmosfera, el tono, y la producción en todas las canciones, esta última siendo una de las mejoras más evidentes en cuanto a los aspectos técnicos de este nuevo proyecto. En un principio se tenía pensado incluir once canciones, siguiendo el espíritu de Red Holocaust, pero al final se decide optar por tan solo ocho temas, ofreciendo una propuesta mucho más directa y condensada. Aparte del aspecto musical siendo uno mejor pulido y más propio de los integrantes, el arte y concepto del disco estuvo a cargo de Leannyo Martinet y Plastic Labs, siendo una estética mucho más única y reconocible, con un arte conceptual crudo, cruel, y lleno de personalidad, complementando perfectamente el sonido del disco al que buscaba representar (sería una imagen tan icónica y reconocible que formaría parte importante del éxito y el legado del proyecto, siendo algo tan marcado hasta el punto de transmitirse a través de su página oficial).

Beware Of The Dog sería la mejor propuesta por parte de Unit, algo que sí denotaba personalidad propia y seguridad en cuanto al sonido que se estaba ofreciendo. La producción y la mezcla de la música era mucho más pulida, pero también había sido cuidadosamente construida para que fuera acorde a la música, con un sonido único a comparación de todo lo que se había visto en el rock boliviano hasta ese entonces (fue grabado inicialmente con Martin Joffré, para mezclarse y masterizarse en Proaudio a cargo de Paco Aguilar). No es un disco perfecto, ya que la banda no se aleja todavía por completo de su sonido y sus influencias iniciales, con algunos momentos no tan notables a comparación de otros, pero para ser una propuesta de ocho canciones, sin duda alguna llega a ser el mejor material que la banda pudo haber sido capaz de entregar en estudio hasta ese punto. De principio a fin, las canciones de este proyecto son bruscas y llenas de una emoción rancia, pero es una temática y una estética mucho más que apropiada para el disco, haciendo de Beware Of The Dog una experiencia coherente, reconocible, y muy disfrutable.

Not Afraid, la primera canción del proyecto, empieza las cosas de una buena manera, estableciendo todos los elementos claves del disco desde sus primeros acordes. Ya no es solo un disco llevado por una actitud y temática “obscuras”, a este punto se torna en algo pesado, crudo, potente en la guitarra, con un bajo y una batería que toman mucha más presencia en el producto final. El aspecto más negativo llega a ser la producción y la mezcla de los instrumentos, pero sobre todo de la voz de Coco, cosas que pueden parecer algo poco convencionales, y que ciertamente pueden tomar un poco de tiempo al acostumbrarse, pero es algo que encaja demasiado bien con la potencia de las actuaciones. Transmite la sensación de un demo mucho más pulido en estudio, pero es ese tono particular el que va muy bien con lo que busca la canción. En cuanto a lo instrumental, las composiciones son mucho más firmes y llenas de dinamismo y una fuerza cruda, casi rozando el ámbito del noise rock en ciertos momentos, con la voz de Bedregal dejando de encajar en un estilo Eddie Vender, yendo hacia algo mucho más sobrio y lleno de fuerza en las inflexiones. Acompañando a la canción se encontraba uno de los pocos videoclips oficiales enpromoción del disco, y toda aquella estética rancia, agresiva, y cruda en espíritu complementa a la música de manera maravillosa. No es una canción particularmente brillante, pero sí es una innegable evolución con mucha más madurez a comparación de lo que se había visto antes.

El disco continúa con Let Me Breathe, algo mucho más inclinado al estilo de su anterior disco, pero con una energía y un entusiasmo mucho más palpables, siendo más como una adaptación de ese estilo al nuevo sonido, puliéndolo mucho más en el proceso, y aportando una personalidad mucho más única en su ejecución. Realmente no llega mucho al nivel de Not Afraid, pero igual sigue tratándose de una buena canción, con una mejor consistencia en lo que se refiere a la producción. Es en este punto en el cual una de las características algo bruscas del disco sale más a la luz. La pronunciación de Coco Bedregal, aunque buena y entendible en su mayoría, no llega a ser del todo clara, debido tanto a su acento natal como a la producción en algunas partes. No es algo que distraiga mucho, y se sigue entendiendo la emoción y el tono, pero no es muy claro en su totalidad. Luego de este punto, Dog Of The Fog Off The Country toma el escenario por sorpresa y se presenta como uno de las canciones que más sobresalen del disco. Se trata de una especie de oda al género grunge y a todas las influencias de la banda, y ciertamente puede ser explicado como una mezcla única entre los sonidos más emblemáticos de las bandas que inspiraron a Unit, con Bedregal teniendo más personalidad en la voz, acercándose más al tono de Cobain con la potencia de Vender en ciertos puntos. Es un tema muy potente, rancio en su energía y actitud de disconformidad, y es algo que se transmite muy bien, y de igual manera, con el memorable videoclip que venía incluido en el DVD extra del disco. Sinceramente es el tema que llega a encapsular de la mejor manera todo lo que era Unit, desde sus inicios hasta ese punto de culminación en 2006, con la estética, la actitud, y el sonido en su punto más balanceado. Sin duda alguna, una de las mejores canciones de Unit, y del rock boliviano en general.

Luego de este punto, el disco torna por un balance en cuanto al tono de las canciones, optando por emociones mucho más melancólicas en las siguientes tres canciones, empezando por GWB. Sin embargo, la crudeza con las guitarras distorsionadas y abruptas se mantiene, volviendo por momentos más potentes en el coro, pero con un enfoque diferente en cuanto a su implementación. Es algo mucho más emocional, pero a comparación de las actuaciones flojas en esta clase de temas dentro de Red Holocaust, canciones como GWB ofrecen un contraste claro, siendo propuestas más remarcables, incluso si no llegan a ser temas perfectos o completamente extendidos a todo su potencial. La guitarra acústica toma presencia en Vein, otra de las canciones mejor recordadas del disco. Este tema, y Oughta Love, son los que más parecido tienen a lo visto en el primer disco, tanto en las actuaciones, así como en el tono que se busca transmitir.  No son canciones malas, ya que la instrumentación y la actuación de todos los miembros igual presenta una mejora considerable en todos los aspectos, pero sinceramente llegan a ser una especie de quiebre en cuanto a la energía inicial del disco, convirtiéndose en los puntos menos destacables de la experiencia en cuanto a los aspectos técnicos y musicales se refiere.  A pesar de eso, la atmósfera y el tono inicial son mantenidos de una muy buena manera, con las decisiones en producción y mezcla encajando de manera maravillosa a lo que se está presentando. La pasión, emoción, y los temas tratados por Bedregal, tanto en la lírica como en las partes vocales, explican el porqué de su éxito, siendo las partes con las que más puede llegar a empatizar el que se encuentre escuchando el disco debido a la naturaleza melancólica de estas composiciones.

La energía inicial del disco es retomada poco a poco en los dos últimos temas, empezando por Dogs, una canción que sigue conservando el tono pasional y emotivo de Bedregal en su actuación, pero adaptándola a una instrumentación mucho más ruidosa. Y es ese aspecto en la composición el que hace de este tema uno de los que más destacan del disco, con las guitarras siendo el foco principal de la melodía, con ciertas partes donde la distorsión es capaz de proveer una atmósfera muy atrapante, mientras que el potente bajo y la explosiva batería complementan de manera maravillosa. Cierto, algunas partes vocales no terminan de encajar muy bien en determinados puntos, pero como un producto final, es un tema con una personalidad y un enfoque muy claro, y provisto de una ejecución sorpresivamente bien llevada. Finalmente, Priest toma lugar como la última canción de la experiencia, y el mejor tema dentro del catálogo del disco. En esencia, Priest sirve como una extensión de la mayoría de aspectos vistos en el tema anterior, con una ejecución mucho más directa y un dinamismo en su estructura que aporta a la potencia final de la canción. Mientras que DOTFOTC servía como un encapsulamiento de todo lo que era Unit hasta ese entonces, Priest sirve para encapsular perfectamente todo lo que parecía quererse lograr con Beware Of The Dog. Es el tema mejor logrado del disco, que además presenta todas las características vistas a lo largo del mismo. La instrumentación es rancia, cruda, agresiva, pero muy potente en su presentación, con cada miembro formando parte importante de la atmósfera y el tono de la canción. La voz de Bedregal intercala entre momentos calmados y otros que están llenos de energía, ofreciendo un dinamismo incomparable, conteniendo una personalidad propia. Ya dejaba de ser una voz parecida a la de Eddie Vender, y pasaba a convertirse en la voz de Coco Bedregal, y lo mismo pasaba en todos los elementos de la composición. Un broche de oro a un disco más maduro y mejor elaborado, con una de las mejores canciones que el rock boliviano ha sido capaz de ofrecer a lo largo de su extensa historia. 

Beware Of The Dog es, indudablemente, el punto más alto de la trayectoria musical de Unit. Es una mejora muy evidente en todos los aspectos a comparación de lo visto en Red Holocaust, con una ejecución y una elaboración mucho mejor llevada y cuidadosamente construida. Unit llegaría a dejar de encerrarse dentro de sus influencias, y comenzaría a presentar un sonido más potente, agresivo, con una batería y bajo que tenían mayor presencia debido a la energía pesada en las actuaciones, con la presencia de dos guitarras que forman parte esencial de todas las canciones, con aun más distorsión en su sonido final, y claro, contando con la icónica voz de Coco Bedregal, que esta vez contaría con una actitud mucho más personal, sobria, y directa en su emoción. La implementación de dos nuevos integrantes, pero sobre todo de Marcelo Arandia como quinto miembro del grupo, llevarían a ofrecer mayor diversidad y dinamismo en las composiciones, tornándose a algo mucho más ruidoso y crudo, pero que sorpresivamente presentaba un balance muy bien logrado, resultando en un sonido que era propio de UNIT. La producción y la mezcla de este disco, a pesar de ser algo bruscas en ciertas partes, encajaba perfectamente con la música, siendo algo muy consistente a lo largo de la experiencia, y resultando en un proyecto con una atmosfera y un tono muy claros. El optar por la implementación de tan solo ocho canciones también serviría para crear algo que era más directo y coherente en todos los puntos, resultando en una propuesta que sí denotaba personalidad propia y una gran seguridad en cuanto al sonido que se estaba ofreciendo.

Ciertamente no es un disco perfecto, con algunas partes que no se encuentran tan elaboradas como otras en cuanto a los arreglos, pero aun así no hay ninguna canción que pueda ser catalogada como mediocre u olvidable. La pronunciación de inglés de Bedregal igual es algo brusca, con muchas partes, como en Priest o GWB, en las cuales el mensaje se pierde y no queda completamente claro (pero, aun así, el tono y la emoción son muy palpables, mostrando la evolución clara del vocalista, el cual dejaba de sonar tanto como Eddie Vender, optando por una actuación que era propia y muy reconocible). La producción, a pesar de que encaje con la música en el producto final, es algo que no termina de funcionar por completo, pero que aun así sigue siendo mucho más profesional y mejor logrado a comparación a la mayoría de demás propuestas musicales bolivianas. No es una experiencia sin fallos, pero sí es una mejora y una propuesta mucho más memorable e icónica, y a pesar que no todas las canciones sean obras maestras, los temas que resaltan lo hacen de una manera excelente, con canciones como Priest, Dogs, o DOTFOTC siendo no solo las mejores canciones del catálogo de la banda, sino del rock boliviano en general, y siendo la excusa necesaria que alguien pueda necesitar con el tal de escuchar el disco.  

Beware Of The Dog se caracterizaría por representar una de las mejores producciones del rock boliviano, así como una estética y arte fácilmente reconocibles y que representaban de una manera perfecta el pensamiento de la banda. Unit adoptaría una especie de mascota, un símbolo, que se presentaba en la forma de la caricatura expresiva de un perro, el cual sería usado como parte del fondo de todos sus conciertos posteriores. En propias palabras del baterista Mauro Ramirez: “Nosotros éramos el perro, un perro rabioso y compasivo a la vez, sensible y enojado. Enojado por el contexto, porque sentíamos que no nos daban nuestro lugar, porque pasaban cosas que nos molestaban mucho pero que no estaban en nuestro control. Es por eso que la tapa del disco era un perro en una catapulta, para lanzarse y salir más adelante.” Y es esa actitud de disconformidad, crudeza, y agresividad la que se transmite de manera perfecta en este disco (tan solo hay que ver el videoclip de DOTFOTC para entender el por qué esta etapa de Unit es la más recordada en general). Al igual que con Red Holocaust, Unit gozaría del apoyo de los medios y las estaciones de radio locales, con Stereo97 presentando con regularidad los temas Not Afraid, Vein, Dog Of The Fog Off The Country; cementando de manera clara el legado del grupo dentro de la música boliviana, y generando aún más expectativas por lo que podría llegar en el futuro del grupo.

Lamentablemente, este no llegaría a ser el caso, con la banda separándose un año después de la salida del disco, y terminando una carrera que ciertamente prometía mucho más para su futuro. La presentación definitiva de la banda, y uno de los aspectos que habían ayudado a que tuvieran el renombre que alcanzaron, era, sin duda alguna, sus múltiples actuaciones en vivo. Mucho de lo que se recuerda de la banda en La Paz, aparte de los discos, son las presentaciones en vivo en lugares icónicos como el club Equinoccio, el Teatro Al Aire Libre o múltiples pubs y bares de la ciudad de La Paz, con conciertos del tipo Made In Bolivia y Anti-Reggaeton. Eran presentaciones ruidosas, llenas de energía y carisma, con Bedregal teniendo una interacción muy cercana con el público, y con todas sus canciones teniendo versiones mucho mejores encima de un escenario. Todo esto puede verse hasta cierto en el último lanzamiento oficial de la banda, siendo este su único disco en vivo, pero que no llega a capturar toda la esencia de buena manera, ya que la calidad del sonido es más parecida a la de un bootleg que a la de una buena grabación (pero aun así pudiéndose ver todo su potencial con las actuaciones de todos los miembros involucrados). Tristemente no se cuenta con alguna grabación completa en buena calidad, y esa parte del legado de la banda tan solo queda dentro de las memorias de los que fueron afortunados de presenciarlos en vivo.  

La última presentación de la banda se llevó a cabo en mayo de 2007 en el Unity Fest, contando con el apoyo de otros actos nacionales, mismo año donde anuncian su separación como grupo por la estación Stereo97, misma que los había apoyado desde un principio, simplemente decidiendo dejar el proyecto debido a que los miembros tenían distintos intereses creativos y musicales. Según miembros como Marcelo se explicaba que se suspendió el proyecto por el hecho que la unión entre los integrantes ya era una muy fuerte a ese punto, por lo que las cosas no serían iguales si uno solo de ellos llegaba a faltar dentro de la banda. Fue una separación que se llevaría a cabo de forma amistosa, con todos los miembros manteniendo una amistad fuerte a pesar de los distintos caminos que se tomaron, pero todos siguiendo involucrados con la música de una forma u otra. Howard y Ramirez brevemente formarían parte de la banda experimental Enfant hasta el 2009, siendo parte de la primera alineación para las actuaciones en vivo de aquel maravilloso grupo, pero unos cuantos años antes de la grabación de su primer disco oficial. Dedeco y Bedregal emigrarían a Argentina donde crearon el grupo Molano Beleza, eventualmente cambiando a la banda post-hardcore Cosmódromo, pero aun así las cosas ya no eran iguales.

Puede que Unit hubiera llegado a lograr su sueño de llegar a audiencias extranjeras, o puede que su sonido haya seguido evolucionando hasta algo mucho más pulido y mejor elaborado, pero lamentablemente ese no es el caso. Aun así, Beware Of The Dog se queda como un legado muy respetable de su parte. No es un proyecto perfecto, pero es un clásico innegable del rock boliviano, y algo que llega a ser muy disfrutable y reconocible de principio a fin.

Walk with concern, act with emotion, drool with rage, but in all your travels, just remember to Beware Of The Dog.

Overall Rating: 7.5/10

Favorite Track: Priest / DOTFOTC / Not Afraid

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