El mundo de la música boliviana, al igual que todas las escenas musicales de los diferentes países sudamericanos, es uno muy vasto, intrigante, y lleno de discos y artistas que vale la pena escuchar a profundidad. Esto se puede deber tanto por la propuesta única algunos llegar a ser capaces de ofrecer, al igual que otros ya encontrándose establecidos como nombres reconocidos a lo largo y ancho del país por sus diferentes aportaciones a lo largo de los años. Al igual que muchos otros lugares del mundo, Bolivia posee un selecto puñado de artistas considerados como importantes para sus respectivos géneros, sin importar que tanto llegó a durar su trayectoria profesional. Desde música folclórica, rock progresivo, pop convencional, incluso llegando a la música alternativa, cada género tiene uno, o un grupo selecto, de representantes que lograron destacar del montón, llamando la atención del público boliviano en general. Y uno de esos nombres dentro de historia musical boliviana no es otro que el del grupo de Grunge y Rock Alternativo de principios de los 2000: UNIT.
Nacido dentro de la
ciudad de La Paz, Unit fue, en un principio, una colaboración entre Mauro Ramírez
y André Dedeco, dos jóvenes que se conocieron luego de una tocada de una banda
de covers de la que Mauro formaba parte. Eventualmente, luego de varias sesiones
de jamming en las que Mauro tocaba la batería y Dedeco la guitarra, se decide
buscar otros integrantes con el fin de formar una banda. En este punto, se unen
Mauricio Cassis en el bajo y David “Coco” Bedregal en la voz, formando así la
primera alineación fija del grupo. Ante la falta de un micrófono para los ensayos,
los miembros deciden optar por comprarse uno barato de marca “Microphone Unit”,
que, por sugerencia de Bedregal, pasaría además a ser el primer nombre oficial de
la banda, hasta eventualmente ser cambiado permanentemente a UNIT poco antes de
sus primeros shows. Poco a poco, la banda comenzaría a construir un nombre
dentro de la escena local debido a sus múltiples presentaciones en vivo, en las
cuales en ciertas ocaciones estarían acompañados por Pablo Afcha como quinto
miembro a cargo de la guitarra. A ese punto, el grupo se destacaba
principalmente por el hecho que eran un grupo latinoamericano con composiciones
enteramente escritas en inglés, aparte de tener una fuerte influencia del
Grunge de a finales de los 90 (esto siendo completamente apoyado por el hecho
que la voz y el estilo de canto de Bedregal era uno increíblemente similar al
del cantante de Pearl Jam, Eddie Vender), que formaría parte principal de su
sonido crudo, ruidoso y energético; características principales de sus múltiples
actuaciones locales.
En 2001, la banda llegaría a sacar Hide, su primer proyecto oficial, en forma de maxi-single (aunque es considerado más como un EP por parte de los fans del grupo), el cual vendría a convertirse en el primer impacto de la banda a grandes rasgos dentro de la escena local (a pesar de no llegar a formar parte de su primer disco). Ya para ese entonces, los atributos característicos de la banda (sobresaliendo sobre todo sus composiciones en inglés), son transferidos al ámbito de estudio. El proyecto estaría producido en Capella Records, con el principal productor a cargo siendo el bajista Martín Joffre. Incluidos dentro del lanzamiento se encontrarían Hide, Climbing Up The Waking Dreams, y Sorry. Los dos primeros cortes llegarían a convertirse en hits (con la canción Hide convirtiéndose en un clásico inmediato de la banda, llegando a ser parte común de la mayoría de presentaciones en vivo, en su mayoría gracias a la energía hipnotizante de la banda), debido al gran apoyo por parte de las estaciones radiales, más que nada por Stereo 97, generando un considerable número de seguidores. El sencillo se trataba más que nada de un intento de probar las aguas dentro de un ámbito más profesional, y la canción principal ciertamente no hacía otra cosa más que generar numerosas expectativas ante la dirección que se tomaría con un proyecto más completo.
Es en ese entonces que,
siguiendo bajo el ala de Capella Records, la banda decide arriesgarse a grabar
su primer disco, esta vez a cargo de Rodrigo “Gigio” Diaz como productor. Pablo
Afcha deja de colaborar con el grupo, y es en ese entonces que se establece la
primera alineación firme de Unit, con el cuarteto emblemático tomando presencia
dentro del mundo de la música paceña. Es así como en 2002, Red Holocaust sale a
la luz, un proyecto grabado y mezclado analógicamente, que incluía once temas
del catálogo del grupo, aparte de contener el primer video musical de la banda
como un bonus extra (siendo el videoclip de la versión acústica de Sorry, que
sería usado en promoción del disco). El proyecto vendría a ser uno en el que
todos los miembros se encontraban involucrados de manera personal y creativa,
buscando presentar una propuesta madura y mejor elaborada, vertiendo mucho de
sí mismos a la hora de elaborar la música, así como la estética de la misma (con
la portada siendo los dedos escaneados del vocalista, mientras que Mauro y
Gigio se encargarían del arte del disco). El disco tendría mucha importancia sobre
todo para el vocalista Coco Bedregal, quien tomaría mucha presencia a la hora
de escribir y componer las canciones (posteriormente señalando sus principales
influencias en actos como Oasis, Nirvana, Alice in Chains, y, por supuesto,
Pearl Jam, esta última siendo la influencia más palpable debido a la innegable similitud
entre la voz de Bedregal y la de Eddie Vender).
Este primer disco
oficial disfrutaría de una recepción muy positiva por parte de las audiencias
nacionales, incluso llegando a convertirse en un punto quiebre dentro del rock
nacional, sobre todo por el hecho que no había otra agrupación local que
siquiera llegara a asemejarse al sonido o la actitud que solo UNIT parecía ser
capaz de ofrecer. El sonido del disco, como se dijo antes, estaba destacado por
la fuerte influencia del grunge noventero que tenía la banda, con una tendencia
a escribir todas sus canciones en inglés, contando con el apoyo principal de
las guitarras distorsionadas y la notable voz de Coco Bedregal a lo largo de
todas las canciones del proyecto. El
estilo de las canciones era uno crudo, apoyado en una actitud muy marcada,
tocando temas como la disconformidad, la autoestima de una persona, y temas
algo pesimistas en general, con la banda apoyándose bajo el slogan de “nuestras
composiciones son oscuras, pero no pesadas”. En fin, el objetivo principal de UNIT
con su primera propuesta de álbum completo era tratar de buscar un sonido
propio, a la vez que intentaban madurar en muchos aspectos musicales, y
ciertamente llegaron a conseguir todo aquello…en parte.
Red Holocaust es un
disco que bebe demasiado de sus influencias, hasta el punto de ofrecer once canciones
que sinceramente carecen de una personalidad propia o de una propuesta musical
única o siquiera inventiva. Los once temas que forman parte del disco
ciertamente podrían ser confundidos como demos o B-sides oscuros de los primeros
años de Pearl Jam, con una producción menos pulida, pero con unas actuaciones
que son casi completamente idénticas a lo que se veía en 1991, una década antes
de la llegada de UNIT a la escena del rock boliviano. No es que las canciones
estén mal hechas, ni que fueran una copia barata de Pearl Jam en todos los
aspectos, pero lo que ofrece Red Holocaust es un proyecto que no aporta ni
quita nada, que parece refugiarse demasiado en sus influencias, con miedo a
querer buscar algo que realmente aporte personalidad al sonido del grupo. Ninguno
de los once temas se sale de una zona de confort, pero al menos eso sirve para
ofrecer una propuesta con una atmosfera y un tono muy consistentes de principio
a fin.
Una vez que empieza
End, el tono y el foco principal del disco se ponen claros. Una actitud algo
melancólica, pero intercalada con momentos llenos de pasión y ruido, sin llegar
a ser composiciones pesadas, tan solo muy emotivas. La instrumentación es
sencilla, directa, nada del otro mundo, pero sí cumple su propósito al formar
parte de una estructura igual de simple (con el clásico intro-verso-coro-verso-solo-repetir).
La actuación de todos los miembros se nota ser muy emotiva, y a pesar que la
estética, y sobre todo la voz del propio Bedregal, sean casi clavadas a la de
Pearl Jam, logra mantener una actitud marcada en cuanto a la presentación del
tema. Una canción que es disfrutable, con un coro algo memorable, pero que como
una composición completa cae dentro del área del olvido. El tono y la atmósfera
continúan en Broken (del cual el tema se puede deducir fácilmente gracias al
propio título), siendo una canción con una ejecución mejor llevada, más
energética y directa al espectador, siendo uno de los temas que destacan del
dico. Aun así, la producción y la mezcla no parecen ser del todo balanceadas, siendo
un poco bruscas en distintos aspectos (como en el sonido del bajo y de la
batería en ciertas partes), pero bien cuidadas en otros (con una clara atención
a la guitarra y la voz).
Sin embargo, luego de
ese punto, el disco pierde mucha fuerza y opta por lo corriente, lo seguro, y
lo directo en una serie de canciones que simplemente no hacen nada especial por
sí mismas. Divine Comedy intenta presentar una parte final llevada por un clímax
flojo, con la actuación vocal de Bedregal perdiendo notable fuerza a ese punto,
al igual que el resto de la banda teniendo una actuación simplemente decente a
lo largo de la canción (con intentos de implementar algo como la adición de
nuevas capas de guitarra con cada coro, resultando en una ejecución un poco
brusca, pero funcional), y al mismo tiempo que se trata de introducir una
transición usando un sample en el fondo. Smells Like Revolution toma presencia
de manera inmediata, notable por ser una de las canciones más icónicas del
grupo, pero a la vez siendo una de las propuestas menos pulidas y más sencillas
del disco. Toca el tema de un sujeto con tendencias socialistas que corrompe
sus ideales a cambio de intereses económicos, y parece más una mezcla entre una
canción de Nirvana con Eddie Vender en la voz que otra cosa.
D.I.O.M. se presenta
como una balada melancólica, una forma de descansar de todas la energía y la
distorsión de las canciones anteriores. Es una canción importante para la
banda, escrita en un momento difícil para Coco, por lo que la emoción y la
pasión llegan a ser palpables en una parte del disco en la cual Bedregal enseña
su buen rango vocal, aparte de unas guitarras dulces con una instrumentación
que se expande poco a poco de manera sencilla. Uno de los temas más interesantes
del proyecto, pero aun así algo forzado en su ejecución. Contrastando el tono,
la actitud, la energía, e incluso la producción y el estilo de mezcla, HIV
vuelve a retomar los riffs energéticos, con una actuación más acelerada en
todos los aspectos, pero aun así siendo flojo en su ejecución. Otro de los
temas populares de la banda aparece en Dark News, que parece una mezcla de las
dos canciones previas en una solo composición que sí llega a ofrecer variedad
dentro de su estructura, actuación, y presentación, llegando a destacar de
entre las demás canciones de cierta forma (aunque cuenta con aquella producción
peculiar en la voz, que puede resultar algo cuestionable en determinados
momentos).
Luego de este punto,
Eight Pounds toma presencia dentro de la experiencia, con una canción en la
cual la banda finalmente presenta un tema propio, con un aire y ejecución
únicos, que destaca por lo inusual que es, demostrando el potencial de los
miembros. Curiosamente, se trata de una pieza completamente improvisada en
estudio, surgido por la sugerencia de Gigio de experimentar con el nuevo piano
adquirido dentro de la sala de grabación. La letra se basó en un poema de
Bedregal, aparte de grabarse un audio de declamación usado en forma de
backmasking dentro del propio tema. Y aquí reside el principal problema del
tema. Esta grabación puesta en reversa choca demasiado con la voz principal y
demás instrumentos, aparte que su posición dentro de la mezcla es una que no
termina de funcional del todo bien. Aun así, la repetición usada en la voz de Coco,
aparte de la instrumentación cruda (destacando la atención a la guitarra de
Dedeco y el buen balance entre el bajo y la batería), llegan a una canción muy
atractiva en su ejecución, con un tema que es de los que más destacan dentro
del disco a pesar de algunas decisiones cuestionables en su producción. Luego
de esto, se retorna a la atmosfera inicial del disco con Red Holocaust, que
opta por un tono más relajado y apoyado en la distorsión de unos acordes
iniciales mantenidos en el fondo para marcar el ritmo, construyendo el resto de
la instrumentación en base a aquellos detalles, subiendo el tono y la energía
en el coro, pero todo mantenido bajo un aire calmado. Die continua con el aire
calmado, y una producción que aporta demasiado a la atmósfera melancólica y “oscura”
que se trata de conseguir (nuevamente cambiando para adaptarse a las
necesidades del tema actual), con la voz de Bedregal siendo colocada en el
fondo mientras que los arreglos se construyen de una buena manera, resultando
en un track que no hace mucho por sobresalir, pero que aun así resulta
disfrutable en su totalidad.
Finalmente, Blender
Thoughts Blind Scars aparece como la última canción del disco, y a decir
verdad es la propuesta que más sobre sale del resto, tanto por la ejecución,
como la duración, y las decisiones en muchos de los aspectos. Es la canción más
corta del disco, y es la que mejor encapsula lo que el grupo parece tratar de lograr
con todas las propuestas incluidas en el proyecto. Ciertamente la que mejor
hace uso de los elementos propios de Pearl Jam, pero aporta detalles que
brindan personalidad al tema, con la breve colaboración de la voz de Geraldine
O’Brian casi al final, añadiendo un elemento que cautiva y ofrece una
diversidad atractiva, a pesar de ser un tema de poco más de dos minutos de
duración. Es la canción mejor lograda del disco, y a pesar de no ser
completamente perfecta, es una que destaca por la pasión, la actitud, y la
creatividad vertida en su creación, cerrando de buena manera un disco muy
variado en cuanto a calidad se refiere.
Red Holocaust es un
disco muy peculiar. Por un lado, el hecho que Unit llegara a destacar dentro de
Bolivia es uno innegable. La banda llegó hasta ese punto por ser el único que decidió
abarcó el género del grunge de una manera directa, bien lograda, y muy
reconocible; destacando de entre los demás principalmente por el hecho de
componer canciones exclusivamente en inglés, aparte de la icónica voz de Coco
Bedregal, que tenía un parecido increíble con la del vocalista de Pearl Jam,
Eddie Vender. Este sonido noventero traído a Bolivia a principios de los 2000 resultaba
ser muy refrescante para las nuevas audiencias, y la banda no hacía otra cosa
que aumentar su popularidad gracias a las múltiples presentaciones en vivo de
la banda (donde no hacían otra cosa más que llevarse bien con los fans debido a
la innegable actitud carismática de Bedregal en el escenario), aparte de recibir
el apoyo de muchas emisoras radiales locales. Por el otro lado, la propuesta
musical de la banda en un inicio, encontrada a lo largo de su primer disco, era
simplemente una que carecía de una ejecución pulida o completamente bien
lograda, o de algo que la distinguiera de sus influencias. Era grunge, y era
algo nuevo para el rock boliviano, pero la banda parecía refugiarse demasiado
en esas influencias iniciales, sin intentar muchas cosas nuevas o propias,
creando una primera propuesta que ya era muy clavada al sonido de Pearl Jam, y
que bien podrían hacerse pasar por demos o B-sides descartados.
El primer disco de UNIT
presentaba una atmosfera, un tono, y una actitud muy consistente, pero aquello
parecía no reflejarse por completo en las canciones. La producción llega a ser
algo muy inconsistente de canción a canción, con algunas decisiones
cuestionables en algunos puntos, pero con un sonido crudo y algo distorsionado que
intentaba llegar a hacer justicia a la mentalidad de la banda de que sus
canciones eran oscuras, pero no pesadas. La actuación de los miembros resulta
ser algo floja en muchos puntos, con las canciones en sí mismas siendo en su
mayoría olvidables debido a su ejecución. Sin embargo, dentro de la letra, de
la actitud, de toda esta presentación, se podía notar que este era un proyecto
muy personal para todos los integrantes, sobre todo para Coco, con actuaciones
llenas de emoción y pasión por lo que estaba entregando. Y dentro de todo eso
es entendible el por qué llegó a atraer la atención del público boliviano de la
manera que lo hizo, con una colección de canciones que era directa, disfrutable,
y memorable. Poseía un sonido y una actitud con la que mucha gente podía
empatizar, e incluso con lo que parecía un sonido cliché, había temas que
tenían mucha personalidad o que simplemente llevan el sonido grunge a un lugar
en el que sí estaba bien ejecutado (con piezas como Broken, Eight Pounds, y
Blender Thoughts Blind Scars siendo motivos suficientes para dar una escuchada
al proyecto).
Red Holocaust no es un
disco malo, pero sí tiene muchos aspectos que lo hacen ser olvidable en su
mayoría, con propuestas mediocres en su ejecución. Aun así, es un disco que se
puede disfrutar de principio a fin, ya que ninguna de las canciones es
terrible, y llega a ser entendible el por qué fue del gusto de muchos jóvenes bolivianos.
Cabe destacar que era una banda de muchachos jóvenes,
llenos de un espíritu energético y ansioso por expresarse de la mejor manera
frente a un público. A pesar de todo, temas como Sorry, End y Smells Like
Revolution habían llegado a ser muy bien recibidos a nivel nacional, con los
medios locales apoyando al grupo de la mejor manera posible. Se había trazado
la meta de “trascender las fronteras del país e internacionalizar su música”,
sobre todo contando con el hecho que todos sus temas estaban interpretados íntegramente
en inglés. Red Holocaust buscaba un sonido y una actitud con mucha más madurez,
siendo un esfuerzo mucho mejor elaborado a comparación de su primer single,
aparte de tratar de resaltar y reforzar su sonido con una mejor calidad de
estudio. Con el paso del tiempo, el disco llegó a adquirir cierto estado de
culto debido al hecho de representar un punto de quiebre dentro de la escena
del rock boliviano. Este trabajo representaba una inversión considerable de su
parte, con la esperanza de cristalizar su visión dentro de su primer disco
oficial, y aunque consiguieron sobresalir dentro de la escena local, Red
Holocaust no tiene mucho de especial a grandes rasgos, incluso si se llega a
considerar el contexto musical de la época.
La personalidad y madurez que había
adquirido la banda era una que ya se había hecho con fama mundial una década antes,
y ese es uno de los motivos principales por lo que el disco no llega a
funcionar por completo. La banda sí llegaría a encontrar una identidad propia
unos cuantos años después, gracias a la inclusión de nuevos miembros (con Peter
Howard reemplazando a Cassis en el bajo y Marcelo Arandia siendo puesto como
quinto miembro de la banda en rol de segundo guitarrista), quienes llegarían a
influenciar el sonido del grupo, culminando en un segundo disco mejor logrado y
mucho más destacable en su totalidad. Aun así, Red Holocaust tiene elementos
que explican su éxito dentro de Bolivia, pero resulta ser una pena que se
refugie tanto en esos lugares seguros que lo habían hecho sobresalir en primer
lugar.
Overall Rating: 5.5/10
Favorite Tracks: Blender Thoughts Blind Scars / Eight Pounds / Broken
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