Sunday, November 22, 2020

Porque Veremos Que Nuestro Futuro Es Todavía Incierto, Pero Deberemos Resistirnos A La Tentadora Opción De Dar Media Vuelta / Enfant - Filium​.​Ex​.​Machina (2010) Album Review

 

Overall Rating: 8.5/10

Favorite Track: Ecce Homo

El mundo de la música boliviana es uno demasiado intrigante. La mayoría de discos y artistas importantes, que resultan ser algunos de los más populares, radican en las múltiples áreas de la música folclórica que abunda en el país. Aun así, y al igual que en casi todos los países de Latinoamérica, existen multitud de artistas y grupos que llegan a sobresalir debido a las propuestas únicas que ofrecían con su música. Actos como Wara, Estrella de Marzo, Climax, Atajo, Unit, Gato Diablo, Sergio Prudencio, entre muchos otros, son solo algunos de los nombres que llegan a surgir como ejemplo de este hecho. Sin importar el género, la época, o las limitaciones, estas bandas llegaron a dejar un legado muy evidente gracias a proyectos originales, atrevidos, y muy interesantes dentro de la que era, y lo que es, la música boliviana (curiosamente con muchos de estos actos originándose en la ciudad de La Paz). Pero si hay algo que la mayoría de estos actos comparten es el hecho de que su carrera fue una de relativamente corta duración, con solo algunos afortunados llegando a durar décadas en la industria.

Esto no es de extrañarse, ya que el público boliviano es uno más inclinado a lo convencional, no solo refiriéndose a la música nativa, ya que la atención popular radica mayormente en la música extranjera. Y cuando se habla de artistas locales, las escenas musicales que más fuerza traen son las del Thrash Metal o el Grindcore, con solo grupos de la talla de Octavia siendo algunas de las alternativas más populares. Nada de esto llega a ser malo, pero lo que sí llega a causar es el dejar a la mayoría de aquellas peculiares bandas pasar casi desapercibidas, recibiendo atención mayormente en un espacio underground/independiente algo cerrado para lo que es, tan solo para tener sus proyectos apreciados en mayor medida años después de su separación. Pero si hay un grupo de personas que llegan a llamar la atención en este aspecto en tiempos recientes, son aquellos artistas que formaron parte de la banda Enfant.  

Enfant fue una banda experimental progresiva proveniente de La Paz. Fue formada en 2008, inicialmente cementándose como el primer proyecto de colaboración entre José Carlos Auza (quien puede ser encontrado en multitud de proyectos bajo distintos heterónimos tales como Dante Domínguez, Nicolás Uxusiri, y durante esta primera etapa: Horuset), Christian Aillón y Bernardo Paz. El proyecto nade debido a la necesidad de Horuset, alma y figura principal del grupo, de conseguir la ayuda de distintos miembros para materializar sus ideas personales y musicales de una manera más profesional y mejor elaborada, con el concepto de las canciones y la letra de Enfant surgiendo casi completamente de parte de Horuset. A lo largo de su duración, el grupo tuvo el agrado de colaborar con variedad de nombres reconocidos en la escena del rock boliviano (como Peter Howard y Mauro Ramírez de la banda Unit en algunas de las presentaciones en vivo de la banda durante 2009), pero siempre manteniendo su esencia debido a la presencia de los tres miembros iniciales.

El proyecto fue construyendo un nombre por sí mismo dentro de la escena indie local debido a la original propuesta que ofrecían con su sonido, sus composiciones, y su maravilloso estilo musical, generando gran expectativa y esperanza acerca de un posible proyecto de estudio, concepto muy prometedor debido a la calidad de las canciones del grupo. Horuset llego a grabar el proyecto de forma solitaria y salió de una manera satisfactoria, pero el disco no era apto para tocarse en vivo, por lo que el artista decidió querer ir más lejos. Es entonces que en 2009 comienza las grabaciones de estudio con Enfant, llegando a una segunda, y última, etapa en junio de 2010, donde las estructuras iniciales se conservaban en sus aspectos armónicos, pero con un resultado mejorado. El interés por el proyecto principal de Horuset seguía generando expectativa, y la “demora” se debería principalmente al hecho que la banda se enfocaría no solo en refinar los aspectos técnicos en cuanto a la producción y la mezcla de las grabaciones, sino que también se buscaba hacer de esta propuesta una digna de la espera, contando con la participación de reconocidos artistas, tanto locales así como extranjeros, que aportarían de manera significativa al refinamiento de las canciones del disco. Finalmente, todo esto culminaría con la salida de Filium.Ex.Machina en julio de 2010.

Enfant finalmente comenzaba a mostrar su verdadera forma, con lemas tales como “Enfant, la máquina de música” complementando la expectativa que se tenía hacia la música de manera muy efectiva. Uno de los elementos principales que forman parte vital del proyecto es el hecho de que el mismo fue realizado como una especie de terapia para Horuset, resultando en un disco personal que reflejaba la vida en diferentes etapas, con sus ideas y aportaciones siendo las más importantes para el resultado final. Filium.Ex.Machina consta de siete temas, con la temática principal siendo una basada en el concepto de Deus Ex Machina, con el concepto de Deus, Dios, siendo cambiado por Filium, el hijo supremo que desafía las reglas. La propuesta de Enfant no es otra cosa que una especie de disco conceptual, con los nombres de las canciones en latín, en el que cada tema lleva una orquestación y atmósfera distintas, dependiendo del tono y el color que buscan comunicar.  El sonido general llegaba a ser el resultado de la combinación de la personalidad de cada miembro, mostrando una mezcla muy peculiar entre rock experimental y progresivo (con influencias evidentes como King Crimson y The Mars Volta tomando fuerza en el sonido ofrecido por la banda), así como elementos de orquesta y música tradicional boliviana (con artistas de la talla de Alfredo Domínguez y Matilde Casazola, aparte de la implementación de ritmos tribales como la chacarera, la samba y el cangra que suenan en el disco con flautas japonesas, kotos, acordeones, arpas, y un ensamble de cueras y bronces; teniendo un peso grande dentro de la música del grupo), culminando en un tono inmersivo, potente, y muy dinámico en cuanto a sus composiciones. Y nadie mejor que el propio Horuset para describir dicho resultado:

“Enfant es una mezcla de muchas cosas. La música progresiva y los grandes de Bolivia influyeron en nosotros. La característica musical del sonido de Filium.Ex.Machina es la atonalidad, la violencia rítmica, y la energía en los arreglos orquestales.”

El primer disco de Enfant tiene un tono muy potente en su sonido, en lo parece llegar a querer lograr con las distintas composiciones, y esto se debe mayormente a la atención colocada en el resultado final, siendo una experiencia llena de capas de detalle que culminan en canciones que resaltan por lo únicos que resultan. Desde elementos de producción, hasta una mezcla y masterización demasiado sobresalientes dentro del mundo de la música boliviana, pero también debido a la dedicación de todos los músicos involucrados dentro del proyecto. Enfant no tenía una alineación marcada a la hora de grabar el disco, ya que resultaba ser más una colaboración entre multitud de artistas que un proyecto de un grupo ya establecido (aunque sí es verdad que una alineación reconocible tomaría forma en las presentaciones en vivo luego de la salida del disco), resultando en algo con un sonido muy variado en muchos de los aspectos instrumentales debido a todas estas diferentes actuaciones que no hacen otra cosa que aportar vida al producto final. Claro, no cabe duda que la figura principal, el compositor en letra y música que lideró el encaminamiento de los temas, no es otro que Horuset (quien participa en guitarra, voces, programación, bajo, y teclados; al igual que estar encargado de supervisar la producción, mezcla, y masterización del proyecto), pero, aun así, y como él mismo llega a establecer:

“Si bien el disco es un proceso casi completamente personal, no hubiera sido en primer lugar sin el talento de los dos grandes músicos que son parte estable de Enfant: Luis Aranda y Bernardo Paz”

Pero aparte de estos artistas (con sus roles principales siendo Aranda en arreglos vocales y de percusión y Paz en arreglos de guitarra), se recibió la ayuda desinteresada (considerando que ninguno de los proyectos de Horuset fue hecho con fines comerciales en mente) de multitud de músicos tanto locales como internacionales, con sus aportes siendo variados dependiendo del tema en el que llegaron a participar. Se llegó a contar con Freddy Mendizabal aportando teclados en mayoría de temas, Alex Iturralde en el bajo (con apoyos adicionales de Armando Rivero en algunas canciones), Pier Alour en el saxo de la canción homónima, Andrea Camacho en coros, Marcelo Villegas en baterías adicionales, entre muchos otros que ayudaron durante las sesiones (con personajes como el mexicano Gilberto Cervantes aportando de manera mínima a la realización del disco). Pero de entre toda esta gama de artistas que llegaron a colaborar cabe recalcar la presencia de los dos invitados principales: Mark Aanderud (cuyo proyecto principal en la época resultaba ser el colaborar con Omar Rodríguez Lopez dentro de Omar Rodríguez Lopez Group y The Mars Volta, aportando en teclados, piano, y synth en Tractat) y Dan Zlotnik (parte de bandas como Los Dorados, Big Band Jazz, o Alonso Arreola; aportando en saxo y clarinete barítono en Ecce Homo), quienes grabaron sus partes en sus respectivos estudios en México, mandando sus partes sin ningún interés económico entre medio.

Si hay algo que reconocer a Filium.Ex.Machina es el resultado de esta gran colaboración de artistas de diversos orígenes, un proyecto dinámico, energético, lleno de actuaciones de alto calibre que no hacen más que elevar la calidad de las canciones en su gran ejecución. En esencia, Enfant ofrece una propuesta muy parecida al rock progresivo experimental y lleno de adrenalina de The Mars Volta (esto reforzado por el hecho de llegar a colaborar con un artista involucrado en dicho proyecto), pero con un enfoque mucho más grande en la atmósfera, con una especie de post-rock formando parte muy evidente de las composiciones. Es un disco muy original, una exploración sonora y muy personal que termina en un sonido que, aunque recuerde a otros grupos, sí resulta ser muy único en su resultado, en la identidad y el sentimiento que cubre a todos y cada uno de los temas. La producción, mezcla, y masterización del proyecto son algunos de los elementos que más resaltan del mismo, ya que brindan un gran balance a todos los tonos que se parecen querer lograr dependiendo de la canción. La gran falla del disco radicaría en el mismo hecho de tratarse de un proyecto variado, y aunque se mantenga una consistencia en la producción y la elaboración de los temas, el álbum en si llegaría a ser uno que parece carecer de un objetivo o un foco en concreto. Aun así, cada canción tiene algo que ofrecer, algo que puede ser diseccionado para ser apreciado en su totalidad.

No hace falta estar muy dentro del disco para darse cuenta de esto, ya que el mejor tema de la propuesta es propuesta justo al principio. Ecce Homo empieza de manera lenta, con fragmentos de orquesta de Bela Bartok y diálogo de la película “La Teta Asustada” estableciendo una atmosfera marcada, para que poco después se introduzca tensión con el uso de un arreglo errático de guitarra acompañado de violín que se detiene luego de un breve momento para luego estallar en todo su esplendor. Los arreglos de saxo y clarinete barítono de Dan Zlotnik explotan al frente de este inicio frenético, acompañado por la guitarra de Bernardo Paz, el bajo de Horuset, y la gran batería de Marcelo Villegas, dejando lugar a la gran voz de Horuset sangrando de emoción y siendo complementado por guitarras duales mientras aquel primer verso toma parte. Luego de un breve puente con Luis Aranda presentando su voz, se pasa a un segmento más tranquilo con los teclados de Mendizabal, introduciendo un solo de saxo errático por parte de Zlotnik que complementa perfectamente el tono de la voz de Horuset, cubierto por aquellos aspectos de producción que enfatizan la potencia de su voz. Es una canción demasiado cautivadora, frenética en su energía, pero con una tranquilidad y balance muy evidentes dentro de su composición y sus arreglos. Luego de un reprise del verso principal, se da lugar a la segunda parte de la canción, en el cuál se introduce el bajo complementando al hermoso arreglo de guitarra que acompaña la tranquila construcción de atmosfera que toma lugar en la voz de Horuset. Todos los elementos están en su lugar, sin nada que se sienta extra dentro de la mezcla o la canción, con un balance muy alcanzado entre la percusión, el piano, y los instrumentos principales. El enfoque principal es la voz de Horuset, que con su poesía personal y agridulce llega a enganchar al espectador debido a su potente rango vocal. Luego de este segmento, se pasa a un breve puente instrumental en el cual todo lo que se había presentado hasta ese punto choca cambiando el tono, para dar lugar a la última parte de la canción, que construye en base a esa atmósfera un poco más pesada, construyendo de manera cautivadora tan solo para desaparecer rápidamente y dejar lugar a la segunda canción. Ecce Homo es, por ponerlo de alguna manera, una obra maestra del rock progresivo contemporáneo. Una composición dinámica, frenética, pero con aquella energía contrastada de manera perfecta con momentos calmados y atmosféricos, que se toman su debido tiempo en elaborar una idea para luego expandirla en la siguiente parte del tema. Es evidente que esta es una de las canciones que mayor atención recibió del disco, incluso contando con un gran videoclip lleno de una hermosa estética y una edición errática que complementa perfectamente a la música. Todo lo que es usado e implementado es balanceado de una forma excelente debido al gran aspecto técnico del sonido, con todos los miembros involucrados en el aspecto instrumental dando lo mejor de sí. Todo esto culmina en un track que abre el disco de manera potente y explosiva, llena de emoción y pasión por la música, estableciendo un tono y atmosfera que serán explorados de distintas formas a lo largo de las canciones.

Este aspecto no tarda mucho en llegar, ya que el fin de Ecce Homo llega a conectarse de manera muy eficiente y directa con los primeros tonos de guitarra de Cangra. Unos arreglos de guitarra calmados, acompañados de manipulación de sonido en distintas partes que sirve para generar tensión en toda la duración de este primer segmento, sirviendo como un buen contraste al tono de la parte final del primer tema. Luego de un par de minutos, la guitarra sube de tono y se pasa a la parte principal de la canción con una explosión instrumental, con las guitarras eléctricas tomando mucha presencia junto a un bajo sutil y una batería muy potente. Esto no dura mucho, ya que se pasa a la voz calmada de Horuset en un segmento mucho más calmado, reintroduciendo la guitarra principal casi de fondo, teniendo una dinámica muy interesante con una guitarra eléctrica que va en el espíritu de aquella explosión de sonido, mientras que los distintos elementos de percusión de Aranda aportan demasiadas capas de textura que enriquecen a la experiencia (con una flauta japonesa que adquiere tonos folclóricos con una pandereta que complementa de muy buena manera). La figura central llega con el gran coro principal, que vuelve a utilizar aquella explosión de sonido inicial para presentar la gran voz de Horuset, con pequeños detalles como los apoyos vocales de Andrea Camacho generando una canción mucho más completa en su sonido final. Aquella intercalación entre pequeños quiebres atmosféricos y la gran instrumentación genera algo muy acorde a lo visto en Ecce Homo, pero los pequeños detalles y la estructura de la canción siendo mucho más concisa, generan un tema con una personalidad muy propia, que se diferencia por ser relativamente más calmado a comparación del primer tema. Finalmente, el final es introducido siendo algo igual de calmado que el segmento introductorio, sobre todo gracias al sutil uso de la flauta complementando a la guitarra para luego desvanecerse por completo.

Angor se introduce como una propuesta notablemente diferente a lo visto anteriormente, con Horuset y Camacho tomando presencia junto a un arreglo de piano complementado de manera casi sutil por la batería, la guitarra, y un bajo. El tono es algo menos agresivo o energético, y es posible categorizar a este tema como uno de los más “convencionales” en un principio. Aun así, y como era de esperarse, los tonos van cambiando de actitud con cada nuevo segmento, y ese es el caso con las diferentes secciones instrumentales que van apareciendo con el progreso de la canción, donde los arreglos se vuelven mucho más potentes y se va introduciendo nuevos elementos en casi todo momento, pero todo aquello elaborándose en base a la melodía presentada al principio, tan solo cambiando el tempo y la energía de las actuaciones. Se juega mucho con los aspectos técnicos, con segmentos de batería y guitarra modulados y manipulados en su atmosfera, terminando en un sonido muy particular, pero sirviendo muy bien como puentes entre las distintas partes de la canción. Se pasa a breves solos de guitarra y teclado, para luego dar paso a una parte mucho más calmada, en la cual el uso de la guitarra acústica aporta demasiado a aquel súbito cambio. El uso de fragmentos del discurso de Alejandra Cardozo establece claramente el tono y la intención emocional de la canción, la cual se dedica a seguir elaborándose de manera instrumental. Se regresa al tono energético de las primeras secciones del tema, con la diferencia de estar acompañado de la voz de Horuset, dando paso a los segmentos finales, que reintroducen el saxo y demás elementos vistos a lo largo del tema para un clímax final. Claro, tener estas demostraciones de habilidad y de los aspectos técnicos de sonido es algo demasiado grato, presentando una melodía principal que es presentada de distintas maneras variando en arreglos y aspectos técnicos a lo largo de la canción. Sin embargo, los mismos parecen extenderse un poco más de lo que deberían, siendo aquel el mayor aspecto negativo del tema, que no deja que Angor sea igual de impactante o elaborado como las dos composiciones anteriores. Aun así, estos aspectos no son demasiado importantes como para afectar a la experiencia, y Angor sigue siendo una buena canción que sirve como un buen quiebre en cuanto al acercamiento a la composición y el tono, pero aun así incluyendo una consistencia muy clara en cuanto a la atmósfera.

Pasado este punto se llega a Vecors, la canción más corta del disco. Empezando con fragmentos de Ianis Xenaxis y diálogo de Victor Hugo Viscarra, se pasa a un tono enérgico y peculiar debido a las decisiones de producción en la voz de Horuset, pasando por un solo de teclado a manera de puente con un segundo verso que continúa con la emoción y la temática de manera muy efectiva. Es una de las estructuras menos dinámicas en cuanto a su composición, pero con su duración, consistencia en cuanto a los temas principales, y distintos arreglos, llega a funcionar muy bien dentro del álbum. Claro, la implementación de solos o segmentos de quiebre para tratar de transmitir una sensación parecida a los temas largos puede llegar a sentirse algo fuera de lugar en un inicio debido a la duración del tema, pero la canción sabe cómo manejarlos de manera que no se sientan como algo extra dentro de su estructura (con segmentos como la calma instrumental al final siendo buen ejemplo de esto mismo). Luego de esto, se reintroduce el discurso de Alejandra Cardozo dentro de un segmento calmado, que va construyendo tensión poco a poco con la ayuda de una batería, para luego soltarse libremente de manera potente con la primera parte instrumental de la canción. Se pasa a un segmento algo más calmado, con Horuset tomando presencia siendo complementado por la voz de Aranda en el fondo, mientras la instrumentación sigue elaborándose dentro de aquel tono ya establecido. Esto sigue por buenos minutos, con pequeños puentes entre segmentos que se vuelven a introducir, para finalizar con la atmosfera inicial, reutilizando el ambiente y efectos principales junto al diálogo de Cardozo en su momento más emotivo y hermoso. Para ser una canción relativamente larga, llega a ser algo repetitiva, sin mucha variación incluso dentro de la misma estructura que se está ofreciendo, lo cual termina haciendo de este uno de los temas menos destacables del disco. Aun así, es consistente con el balance en la producción y la mezcla de todos los elementos, lo cual aporta a que el álbum siga fluyendo de buena manera.

Ya entrando a la parte final del disco, el tema homónimo del proyecto recupera la energía y actitud de las primeras dos canciones del disco, destacándose de manera muy evidente a comparación de las tres propuestas anteriores. La voz de Horuset, junto con el apoyo de Camacho, se encuentra en su punto más emotivo y pasional, acompañado de manera perfecta por la instrumentación apropiada, potente en su ejecución, ofreciendo una estructura dinámica gracias al uso de solos de saxo manipulados a modo de puente entre segmentos. No llega a ser una suite o ser una canción que varíe mucho entre sección y sección, siendo una estructura relativamente convencional que introduce elementos para volverlos a utilizar a lo largo de la canción, pero la manera en la que todo es presentado resulta ser mucho más efectiva y funcional debido a la actitud y al tono tanto de la instrumentación, así como de la actuación vocal de Horuset y Camacho, creando un tema que destaca por su originalidad, el tono de grandiosidad que rodea a los apoyos de saxo y la producción, y por la pasión en todos los aspectos.

Finalmente, Tractat, el tema más largo del álbum, se presenta como la última propuesta del proyecto. Es la canción más calmada y pausada de todo el disco, la que más parecido llega a tener con alguna especie de post-rock, que durante su primera sección llega a construir una atmósfera muy marcada a lo largo de un par de minutos, para luego introducir una melodía inicial que muestra los arreglos de piano de parte de Mark Aanderud, mientras la voz de Horuset empieza a tomar presencia. Este nuevo segmento continúa hasta introducir la batería de Marcelo Villegas que se construye encima de aquella melodía melancólica y calmada inicial. La voz de Horuset se presenta con distintas capas, pasando a una guitarra acústica que genera sección y funciona como puente al primer quiebre instrumental que funciona como apertura de un nuevo segmento de la canción. El tono cambia, se recurre a elementos frenéticos con los instrumentos, con una intensidad mucho más notable en cuento al tono y al acercamiento a los arreglos. Aun así, Tractat nunca llega a dejar de lado aquel aspecto calmado en la introducción de ideas, y aunque haya segmentos mucho más energéticos o pesados en la producción, siguen siendo elaborados de manera lenta, buscando culminar en algún segmento, como es el caso de Horuset y la instrumentación llegando a su auge en el final del tema. Aquella necesidad de llegar a construir un clímax toma un peso en el resultado final, que parece alargarse más de lo que debería en ciertas partes, sobre todo considerando la duración del tema, pero aun así llega a ser una muy buena conclusión para un viaje sonoro muy variado. 

Filium.Ex.Machina es un disco que tiene mucho que ofrecer. Para tratarse de una propuesta independiente por parte de un grupo de artistas bolivianos, los aspectos musicales, técnicos y estéticos se encuentran muy bien realizados. La producción, mezcla, y masterización de todos los temas no es menos que sobresaliente, con un balance muy bien logrado de todos y cada uno de los elementos usados para el proyecto. Es muy evidente que todas las canciones, los fragmentos, y los diálogos utilizados se encuentran llenos de significado para Horuset, la figura principal de este grupo, pero todo se encuentra cubierto con un velo de metáforas y líricas cautivadoras dentro de lo críptico y potentes que resultan ser. La cantidad de detalles, capas, y estilos de composición se mezclan dentro de un disco que los presenta de manera hermosa, con todos aquellos aspectos teniendo su propio espacio para respirar, para ser notados, pero siendo tan variados que siempre hay algo nuevo para descubrir cada vez que se visita el álbum.

Cada uno de los siete temas tiene algo único que lo caracteriza y lo diferencia de los demás, y a pesar de que Horuset sea el escritor y compositor inicial, a pesar de que se trate de una obra que es completamente suya, todos los artistas involucrados dan lo mejor de sí, con actuaciones dignas de un proyecto de esta escala. La participación desinteresada de distintos músicos, incluyendo figuras importantes tales como Dan Zlotnik y Mark Aanderud, sirven para hacer que todas las ideas que son propuestas al oyente se encuentren presentadas de una manera efectiva. Es una densa exploración sonora, musical y atmosférica, por pasajes que agarran influencias de multitud de sitios para llegar a mezclarlas dentro de temas que tienen una personalidad y espíritu propios.

A pesar de todo eso, el álbum no es un proyecto perfecto. Aquella necesidad de querer explorar distintos estilos de estructurar una canción, de utilizar los arreglos instrumentales, y de querer mezclar distintos géneros y tonos dependiendo de lo que se requiere en una canción lleva a que sea un proyecto algo inconsistente en cuanto a la ejecución de dichas ideas. Esto no quiere decir que haya canciones malas o mediocres, pero sí hay momentos en los cuales las ideas se pueden hacer repetitivas o un poco fuera de lugar en cuento al acercamiento dado a la composición. Aun así, cada canción tiene elementos que están muy bien implementados y que vale la pena destacar, y el disco incluye temas que logran ejecutar sus ideas de una manera excelente, con Ecce Homo y el tema homónimo siendo obras maestras del rock progresivo contemporáneo en su energía, dinamismo, y variedad en la estructura.

En cierto modo, la portada representa muy bien el proyecto, tratándose de un híbrido extraño entre multitud de elementos que de una forma u otra encuentran una estética estable y muy agradable en su presentación, a pesar de contener demasiados detalles e ideas que parecen fuera de lugar en un principio. Al final, tanto la portada como la música llegan a ser una representación de algo único, llena de pasión y creatividad en cada momento dado. Claro, el disco tiene errores, pero aun así llega a ser una muy placentera experiencia como un proyecto completo. Las diferentes sesiones de grabación del disco buscaban completar las ideas iniciales de Horuset de la mejor manera posible, y llegaron a hacerlo con un proyecto que tiene un sonido a gran escala, con todos los miembros involucrados aportando a una colaboración donde cada segmento implementado llega a tener una razón de ser, incluso si esta se llega a expandir más de lo necesario. Claro, se podría llegar a hacer hecho algo aun a mayor intensidad, pero el objetivo principal de refinar y grabar el disco era hacer de las canciones algo que se pueda tocar en vivo, y eso es algo que Horuset logró de muy buena manera, estableciendo diferentes alineaciones que servirían para hacer justicia a las pocas presentaciones en vivo que llegaría a dar la banda.

Antes de la salida del disco Enfant ya se encontraba realizando presentaciones en vivo, pero la alineación llegaba a cambiar demasiado debido a que todavía no se tenía muy claro el resultado final de las canciones. Fue una banda que llego a ganar adeptos de manera discreta, sin hacer bulla ya que Horuset no estaba para nada interesado en promover su obra musical con una intención económica, incluso durante los años después de la salida del disco. Filium.Ex.Machina fue sacado, al igual que el resto de las obras de Horuset, gratuitamente en Julio de 2010, de manera gratis y a disposición de todo elpúblico en el blog donde la banda había estado escribiendo acerca del extenso proceso de la grabación del disco. Durante todo ese periodo, la banda recibió atención de manera local, pero no sería hasta el re-lanzamiento de 2012 (en el cuál incluyeron un bonus track en forma de la canción homónima del disco en una maravillosa y agradable versión acústica) en su página de Bandcamp oficial, de igual manera estando disponible gratuitamente, cuando la banda llegaría a hacerse un poco más conocida un par años después de la disolución del grupo.

Horuset y los demás miembros formarían parte de múltiples proyectos, tanto personales como grupales, que exploraban la expresión musical de distintas maneras. En un principio, Horuset y Christian Aillón (quien no estuvo muy involucrado en el proceso de grabación del primer disco) formarían el dúo Taki Ongoy, el cual recurriría a una propuesta muy peculiar de art rock/post rock/música de ambiente mezclado con influencias folclóricas para un sonido único que inundaba a Asilo, su primer disco de estudio, de mucha originalidad. Los métodos de composición y producción eran variados y muy bien logrados, pero el disco carecía de un enfoque muy claro en su temática o su objetivo principal. Sin embargo, se llegó a generar un álbum que sí se encontraba lleno de temas más que cautivantes en su atmosfera (con La Lluvia o Los Perros siendo ejemplos más que suficientes de este caso). Aparte de eso, Asilo se encontraba lleno de elementos que se verían mejor elaborados en otros proyectos, llegando a una especie de culminación dentro de “El Otro Baile” (la segunda propuesta de estudio de Taki Ongoy, sacado el mismo mes que el re-lanzamiento de Filium.Ex.Machina en 2012, consistiendo de un enfoque mucho más claro, resultando en una propuesta más consistente y mucho más remarcable a comparación de la producción de 2011, junto con la colaboración de Bernardo Paz y Luis Aranda para ofrecer un sonido mucho más completo en todos los aspectos), así como en otros proyectos relacionados a José Carlos Auza.

Taki Ongoy parecía tomar mucha más fuerza que los demás proyectos de José Carlos Auza, tanto de manera nacional como internacional, pero aun así Enfant parecía seguir vivo de una forma u otra, incluso a pesar de las pocas actuaciones en vivo durante 2010. En 2012, Auza volvió a tomar el manto de Horuset para un par de presentaciones en vivo, más notablemente el segundo concierto efectuado en La Casa de Arte Abierta en la ciudad de La Paz, que recibió mucha más atención por parte de los medios independientes, esta vez contando con una alineación ya marcada para las actuaciones en vivo (con Horuset en guitarra, piano, y voz, Bernardo Paz en guitarra, Luis Aranda en voz y percusión, Chistian Aillón en bajo, y Grover Ocampo en la batería). Esto en sí se trataba de una especie de celebración por el resultado del disco, dos años después de su salida, pero se llegaba a mostrar la gran energía, intensidad, y originalidad de la banda con unas actuaciones más que destacables (teniendo de ejemplo la grabación completa de Ecce Homo, que es tocada de una manera excelente y con las únicas diferencias a comparación de la versión de estudio siendo aquellos detalles de producción, demostrando que el objetivo de Horuset había sido alcanzado de muy buena manera).

Luego de este punto, Auza y demás artistas entraron en un periodo de silencio en cuanto a la música que se encontraban realizando con todos los grupos. Esto se debía principalmente al hecho de Auza dedicándose a los estudios de Artes Plásticas con el fin de perseguir su sueño de ser pintor, por lo que durante unos cuantos años se creía a grupos como Taki Ongoy o Enfant como un agradable recuerdo de una especia de anomalía dentro de la historia de la música boliviana. Claro, Auza dejaría aquellos estudios para dedicarse de manera independiente a su pintura, y en 2015 retomaría las riendas de varios de estos proyectos, incluyendo la elaboración de un nuevo disco de Enfant, que mejoraría la formula vista cinco años antes de una excelente manera, junto con varias actuaciones en vivo. Pero eso es una historia para otro momento.

En fin, aun a pesar que Horuset sea un artista que no esté interesado en promover su música, sino en que se expanda de boca a boca, Filium.Ex.Machina es un disco que merece mayor reconocimiento dentro de la escena del rock progresivo contemporáneo, y de la música sudamericana en general. La originalidad que se llegó a ofrecer es una que pocos pueden decir que alcanzaron en su carrera de músicos. Un proyecto que, a pesar de no ser perfecto, lleva a quien sea que quiera ser parte de la experiencia por paisajes sonoros inexplorados y nuevos, maravillosos en su creatividad y presentación, y lleno de emoción y pasión por lo que se está mostrando, con cada uno de los siete actos teniendo algo que ofrecer a su propia manera.

Un hijo supremo que desafía las reglas con el fin de intentar presentar algo nuevo. Simplemente maravilloso. 

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